Recorriendo el blog podemos apreciar una gran variedad
de templos erigidos por distintas
civilizaciones y culturas.
Automáticamente se asocia “templo” a religión; ya sea
por el origen de la palabra como por la actividad central que se desarrollaba
en estas construcciones: ritos y
ceremonias en honor a lo que se considera divino o sagrado.
En la modernidad se fue adjudicando el significado de
“templos” a distintos espacios que fueron albergando actividades fundamentales
para la sociedad y su trascendencia humana.
Estas construcciones materiales y simbólicas no siempre
fueron edificadas para tal fin. En
algunos casos son “apropiadas” por los actores sociales y re-significadas para desarrollar su culto.
Comparto con los lectores una cronología donde se
pueden apreciar a lo largo de dos siglos estos templos de la modernidad donde se expresan distintos cultos.
Religión: los templos originales, construidos para
adorar a dios, congregar a los fieles. La arquitectura expresa la devoción y la
fe.
Educación: nuevos templos de la civilidad. La sociedad
avanza, la idea de civilización necesita
de instituciones que contribuyan a instalar una sociedad laica. Los edificios
responden a esta concepción y deben tener los espacios y símbolos para que la “liturgia educativa” de desarrolle.
Deporte: aparecen expresiones de la sociedad de masas,
el futbol comienza a reinar y como las antiguas iglesias, sus estadios
representan ese espacio sagrado donde se cumple cada domingo el ritual.
Ocio: como en antiguos ritos paganos, los cuerpos se
desnudan para saludar al dios sol… en las playas.
Música: los jóvenes comienzan a “tomar” espacios
construidos y a ocuparlos con sus nuevas creencias y ritos.
Consumo: “los consumidores” se instalan como pieza
clave de un sistema social que se sostiene en la adquisición de bienes de
manera constante y en casos, compulsiva. Nuevos templos donde se demuestra “admiración afectuosa por algunos objetos”.
Ciudadanía: ya instalado el siglo XXI irrumpen nuevos
actores sociales que copan las calles y plazas. Son los ciudadanos activos,
conectados y contestatarios, multitudes que protagonizan actos de protesta, y
también de celebración, en distintos puntos del planeta y que han
recibido distintas denominaciones: la primavera árabe, movimiento
antiglobalización, marchas estudiantiles, fiesta del bicentanario en Argentina, haciendo de
las plazas y calles templos de la ciudadanía.
Nos vemos en la próxima entrada donde compartiré una línea de tiempo, que permite visualizar esta evolución de los tempos!!
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